19 abril 2013

Un bar de prosa larga

Las dos infusiones exhalaban una fina capa de humo blanco que separaban las mentiras que salían por los ojos de dos aspirantes a enamorados. Las lámparas de la cafetería habían observado varias escenas similares; eran doradas, con varios brazos que asían vacíos, tensiones, silencios varios y murmullos sin importancia.
Ella se engañaba por las prisas de una soledad mal llevada interpretando amor allá donde la necesidad está muy necesitada. Ricardo sin embargo, mientras cogía la mano de Laura, alejaba su mirada secuestrada por las caderas de esa sinuosa mujer que ya del bar se marchaba.
Era un bar de una prosa larga, con camareros de corbata, mesas redondas y vidas encontradas. Era un bar donde, a veces, el teatro aparece tras el telón de una fina capa de humo que dos infusiones al aire lanzan.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosoooo.

Anónimo dijo...

suscribo letra por letra el anterior comentario

Anónimo dijo...

Sigue escribiendo estos relatos que tantos momentos maravillosos nos hacen pasar.